martes, 20 de noviembre de 2007

martes, 13 de noviembre de 2007

Construyendo el cerebro global


La idea que en la medida que los sistemas sociales y la tecnología se desarrollan cada vez más imbricados en un tejido de interacciones que trascienden las antiguas fronteras entre los países y las culturas, últimamente se ha transformado en una clásica monserga "la aldea global", sin embargo, este concepto nos acerca cada vez más a lo que ciertos pensadores conciben como el superorganismo. La metáfora de considerar a la red global de comunicaciones, entre las cuales el Web se cuenta como una de las más importantes, como el sistema nervioso de un ser planetario, también ayuda a sumar argumentos a los que profetizan la tesis del superorganismo.

A medida que las redes de computadores se vuelven más inteligentes, se comienzan a vislumbrar como un "cerebro global" o "supercerebro" con capacidades que van más allá que la de los individuos. Esta supuesta transición meta-sistémica es parte de un proceso evolutivo que se piensa nos lleva a niveles mayores de complejidad. Lo que no está del todo claro para los investigadores es si esta transición nos guiará hacia la integración de la humanidad produciendo a la postre un "superser" o lo que ocurrirá será el incremento de las capacidades de los individuos produciendo una multiplicidad de "metaseres".

(Bollen. 1995., Bollen & Heylighen. 1997)

viernes, 2 de noviembre de 2007

Internet: El mundo conectado


Antes Internet nos servía para un objetivo claro. Navegábamos en Internet para algo muy concreto.

Ahora quizás también, pero sin duda alguna hoy nos podemos perder por el inmenso abanico de posibilidades que nos brinda la Red. Hoy en día, la sensación que nos produce Internet es un ruido(interferencias), un cúmulo de ideas distintas, de personas diferentes, de pensamientos distintos de tantas y tantas posibilidades que para una mente pueda ser excesivo.

El crecimiento o más bien la incorporación de tantas personas a la Red hace que las calles de lo que en principio era una pequeña ciudad llamada Internet se conviertan en todo un planeta extremadamente conectado entre sí entre todos sus miembros.

El hecho de que Internet haya aumentado tanto implica una mayor cantidad de relaciones entre personas, aunque virtuales. Así ahora sabemos que nos relacionamos más virtualmente y menos personalmente, conociendo este hecho y relacionándolo con la felicidad originada por las relaciones personales, podemos concluir que cuando una persona tenga una necesidad de conocimiento popular o de conocimiento no escrito en libros recurrirá a la fuente más fiable, más acorde a su necesidad y más accesible que le sea posible. Como ahora esta fuente es posible en Internet dicha persona preferirá prescindir del obligado protocolo que hay que cumplir a la hora de acercarse a alguien personalmente para obtener dicha información y por ello no establecerá una relación personal sino virtual, sólo por ese motivo disminuirán las relaciones personales con respecto al pasado más inmediato. Este hecho lejos de ser perjudicial para la especie humana, implica la existencia de un medio capaz de albergar soluciones para problemas que antes eran mucho más difíciles de resolver.

Como toda gran revolución Internet augura una nueva era de diferentes métodos de resolución de problemas creados a partir de soluciones anteriores. Internet produce la sensación que todos hemos sentido alguna vez, produce la esperanza que necesitamos cuando queremos conseguir algo. Es un despertar de intenciones que jamás antes la tecnología había logrado en la población mundial. Genera una sensación de cercanía, empatía, comprensión, y a la vez de confusión, discusión, lucha y conflictos que no queda otra que afirmar que Internet es como la vida misma.